Na Passagem Pela Agentina, Diretor do INPE Defendeu a Criação de Um 'Centro de Previsão do Clima Espacial para a América Latina'
Olá leitores e leitoras do BS!
Outra matéria interessante da série em espanhol sobre as
Atividades Espaciais na Argentina, foi postada no dia 10/05 no site ‘Argentina em
el Espacio’, tendo como destaque a passagem do Dr. Clezio de Nardin pela
Argentina, quando então o diretor do INPE defendeu a necessidade da criação de
um Centro de Previsão do Clima
Espacial para a América Latina.
Pois então, amigos
leitores, a visão estratégica do Dr. Clezio, está bem acima do que ele pode
realizar efetivamente como diretor do INPE, mas isso não impede do mesmo fazer boas sugestões a quem possa de alguma forma pressionar os poderes públicos, seja no
Brasil, seja através de aliados na Argentina, para que esses ‘políticos e burrocratas
de merda’ se mexam, e façam o que tem de fazer, mesmo eu acreditando que só
farão se enxergarem algum ganho de ordem financeira ou política, ou ambas.
Enfim...
Vale lembrar que
o BS em junho passado realizou uma live especial com o diretor do INPE onde
diversos assuntos foram abordados, e
entre eles essa sua visita a Argentina. Veja aqui.
Brazilian
Space
El Director del INPE de Brasil Visitó Argentina y
Planteó la Necesidad de Crear un Centro de Predicción de Meteorología Espacial
Para América Latina
Clima Espacial, Mirar Para Arriba
Por Blog Argentina em el Espacio
10/05/2022 – 20:04
Fuente: Portal Nex Ciencia
A principios de febrero de este año la empresa SpaceX,
propiedad del excéntrico millonario Elon Musk, lanzó decenas de satélites de su
iniciativa Starlink -destinada a proveer servicios de conectividad a nivel
global-, desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA. Las unidades debían
ubicarse en la órbita baja, a unos 210 kilómetros de la superficie terrestre.
Sin embargo, en el último tramo de las maniobras destinadas a alcanzar su
posición, una tormenta geomagnética alteró las condiciones de la atmósfera y
provocó la destrucción de 40 de los 49 dispositivos desplegados.
“Cuando los satélites fueron lanzados las condiciones
eran buenas. Ahora, cuando tuvieron que acelerar para colocarse en sus órbitas,
llegó la tormenta espacial, se modificaron las densidades atmosféricas, los
satélites no tuvieron la fuerza suficiente para enfrentar esas condiciones
nuevas, no llegaron a su posición orbital y cayeron. No fue un evento muy
violento, fue más bien moderado y pronosticable. Nosotros, desde nuestros
portales de Argentina y Brasil habíamos emitido un alerta. Si Musk lo hubiera
visto podría haber adelantado o atrasado el lanzamiento y esto no hubiera
pasado”, explica Clezio De Nardin, director del Instituto Nacional de
Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, quien visitó nuestro país para
firmar convenios de colaboración sobre clima espacial con distintas
instituciones nacionales.
El desgraciado suceso, que adquirió amplia repercusión
mediática en todo el mundo, tuvo la virtud de poner de manifiesto ante la
opinión pública las graves consecuencias económicas y sociales que este tipo de
fenómenos pueden provocar. Un evento extremo de clima espacial puede provocar
la destrucción de hasta dos mil satélites. Pero las maneras en que las
condiciones de Space Weather pueden afectar la vida social van mucho más allá:
pueden alterar un sinfín de sistemas de comunicación, de vigilancia militar, de
validación de operaciones con tarjetas de crédito o cajeros automáticos, datos
de navegación satelital, conversaciones de telefonía celular, provisión de
energía eléctrica y muchos otros.
Diversos estudios internacionales vienen señalando que el
impacto adverso del clima espacial puede generar pérdidas que, según las
distintas estimaciones, pueden variar de cientos a miles de millones de dólares
anuales. Como contrapartida, contar con alertas oportunas de meteorología
espacial permitiría ahorrar buena parte de esos recursos. Ahora bien, en la
actualidad, ¿cuáles son los alcances y las limitaciones científico tecnológicas
que tiene esta disciplina?
“Hoy por hoy, la meteorología espacial se encuentra en un
lugar similar al que tenía la meteorología tradicional en los años 20 del siglo
pasado. Es decir, poca gente la conoce, poca gente trabaja en esta disciplina,
pero algunos gobiernos y personas que saben vislumbrar el futuro están
apostando a su desarrollo”, relata De Nardin en un muy buen castellano que no
impide notar su acento brasileño. Y detalla: “Desde el punto de vista de los
conocimientos, todavía no somos capaces de predecir cuándo se va a producir una
explosión solar. Pero una vez que se produjo, estamos en condiciones de
seguirla hasta la Tierra y también de anticipar, de manera aproximada, los
efectos que puede provocar. Todavía nos falta estudiar mucho, pero hay
servicios que ya están a nivel operativo. Por ejemplo: ya podemos saber, con
cierta certeza, cuál será la seguridad de los vuelos”.
En ese sentido, vale la pena señalar que el Laboratorio
Argentino de Meteorología del esPacio (LAMP) del Departamento de Ciencias de la
Atmósfera y los Océanos (Exactas UBA) y del Instituto de Astronomía y Física
del Espacio (IAFE), bajo la dirección de Sergio Dasso, cuenta con un portal
desde el cual se monitorean las condiciones globales y regionales de
meteorología espacial, y presenta un pronóstico a tres días sobre tres clases
de eventos: tormentas geomagnéticas, tormentas de radiación solar y apagones de
radio.
Lo que resulta evidente es que, cuanto mayor sea la
cantidad de actividades que se desarrollan en la superficie terrestre que
dependan de servicios brindados por dispositivos tecnológicos ubicados en el
espacio, mayor será la centralidad que ocupe esta área del conocimiento.
“El espacio ya no es más un área separada de la Tierra,
la Tierra depende cada vez más del espacio -ilustra De Nardin-. Las personas
aún no se dieron cuenta pero el espacio es una cuestión de infraestructura. Los
problemas de clima espacial afectan directamente la infraestructura de tu país.
Algunas personas preguntan: ¿Cuánto cuesta tener meteorología espacial? Y yo
contesto: ¿Cuánto cuesta no tenerla? ¿Cuánto cuesta no tener satélites
meteorológicos? No saber si va a llover o va a granizar. ¿Cuánto cuesta no tener
el servicio de GPS? ¿O perder las comunicaciones con una flota de barcos o
aviones? ¿Cuánto cuesta un corte de luz amplio y prolongado? Hay que tenerlo
bien claro, espacio es infraestructura, incluso desde el punto de vista de la
defensa. ¿Por qué Estados Unidos creo la fuerza de defensa espacial? ¿Para
defender qué? La infraestructura. Entonces, los satélites son infraestructura.
Punto”, sostiene con vehemencia.
El Espacio Común Latino-Americano
De Nardin es doctor en Geofísica Espacial. A lo largo de
su carrera publicó 85 artículos en revistas internacionales y recibió 16
premios como autor y supervisor de trabajos. Fue presidente de la Sociedad
Brasileña de Geofísica Espacial y Aeronomía (SBGEA), gerente general del
Programa EMBRACE (Estudios Brasileños y Monitoreo del Clima Espacial).
Actualmente, además de estar el frente del INPE es vicepresidente de la
Asociación Latinoamericana de Geofísica Espacial (ALAGE), representante de
Brasil en el Equipo Interprograma de la OMM sobre Información, Sistemas y Servicios
de Clima Espacial (IPT-SWeISS), y es miembro del Grupo de Expertos en Clima
Espacial de la ONU.
Junto con otros dos funcionarios y científicos
brasileños, De Nardin llegó a la Argentina donde visitó varias instituciones:
la Universidad Nacional de Tucumán, la Universidad Nacional de La Plata, la
Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales de la UBA, con el objetivo de firmar convenios para
fortalecer las colaboraciones entre nuestro país y Brasil en diversos aspectos
relacionados con Space Weather.
Esta visita se produjo, además, unos meses después de que
en diciembre de 2021 se firmara un protocolo de colaboración en estudios y
monitoreo de clima espacial entre INPE (Brasil), la Universidad Nacional
Autónoma de México, la Universidad Nacional de Chile y Exactas UBA.
“Tenemos que trabajar juntos para crear un centro de
predicción de meteorología espacial para América Latina. Separados no podemos
hacerlo. Pero el nivel de investigación y desarrollo que alcanzaron nuestros
países es tan bueno que, agrupados, estamos en condiciones de devolver al
pueblo un servicio de protección para todos los sistemas que están bajo
influencia del clima espacial”, afirma De Nardin y compara: “Bélgica y
Alemania, por ejemplo, son potencias económicas pero ellas se están agrupando
con varios otros países europeos en un consorcio llamado PECASUS, porque la
meteorología espacial es un tema tan vasto y tan complejo que incluso los
países más desarrollados ven la necesidad de unirse”.
El desarrollo de centros de monitoreo del clima espacial
en América Latina, con capacidad para pronosticar, proporcionar vigilancia y
emitir advertencias y alertas al público, le posibilitarían a la región obtener
cierta autonomía en la producción de conocimientos y en la generación de
servicios que le permitirían no depender, en el futuro, de lo que hagan las
grandes potencias en torno a este tema.
“Esto es así de sencillo, si no lo hacemos nosotros, lo
vamos a tener que comprar. Hay oportunidades que están pasando frente a
nosotros. Si no empezamos ahora, el precio que vamos a pagar para entrar y ser
competidores en el mercado de clima espacial va a ser muy, muy, grande. Los
latinoamericanos vamos a estar pagando una parte de la tarifa aérea que se irá
a Europa cuando podría quedarse en la región”, advierte De Nardin y remata: “Se
trata de una decisión estratégica que tenemos que tomar ahora. No tenemos
tiempo que perder”.
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