Estudio de la Universidad de Brasil Detecta el Comienzo y la Propagación de las Ondas de Materia Solar
Hola lector!
A continuación se muestra un artículo publicado hoy (26/11)
em website en español de la "Agencia FAPESP”, señalando que estudio de la Universidad de Brasil detecta el comienzo y la propagación de las
ondas de Materia Solar.
Duda Falcão
Artículos
Detectado el Comienzo y la Propagación
de las Ondas de
Materia Solar
Por José
Tadeu Arantes
26 de
noviembre de 2015
(Imagen: archivo de los investigadores)
Propagación de la onda de choque resultante de la
eyección de la masa
coronal del sol, detectada en el rango de frecuencias del
ultravioleta extremo.
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Agência
FAPESP – Actualmente
se conocen relativamente bien la estructura y la compleja dinámica de la
atmósfera del Sol. Pero muchos aspectos aún no han sido totalmente
establecidos, razón por la cual demandan nuevas investigaciones. Uno de estos
aspectos es la eyección de materia solar hacia el espacio interplanetario. Se
trata de un fenómeno que le interesa directamente a la humanidad, pues parte de
la materia eyectada puede llegar a la Tierra e interferir en los procesos
terrestres, sobre todo en las telecomunicaciones.
En un estudio
llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Vale do Paraíba
(Univap), en Brasil, se investigó la relación entre la eyección de masa coronal
(coronal mass ejection, CME), es
decir, la expulsión de materia de la corona del Sol, y la producción de ondas
de choque, que se propagan a través de la atmósfera solar.
Este estudio salió publicado en la revista Astronomy&Astrophysics por
Rafael Douglas Cunha da Silva, Francisco Carlos Rocha Fernandes y Caius Lucius
Selhorst. Y constituyó un despliegue de la tesis doctoral de Cunha da Silva,
dirigida por Fernandes y codirigida por Selhorst, quien contó con el apoyo de la FAPESP.
“La eyección
de masa coronal produce la onda de choque, que se propaga por la atmósfera
solar a velocidades de entre 200 y 2.000 kilómetros por segundo. Y la
perturbación desencadenada en la atmósfera por la propagación de la onda genera
emisiones electromagnéticas en diversos rangos de frecuencia. Dichas emisiones
son, por decirlo de alguna manera, las firmas de la onda. Nuestra investigación
apuntó a correlacionar dos emisiones electromagnéticas distintas: en radio y en
ultravioleta extremo”, declaró Rocha Fernandes a Agência FAPESP.
Fernandes es
coordinador de la Carrera de Doctorado en Física y Astronomía de la Univap e
investigador principal del proyecto temático intitulado “Desarrollo del Brazilian Decimetric Array”,
que cuenta con apoyo de la FAPESP.
“Tentamos
determinar a qué altura de la atmósfera solar se producen las ondas de choque y
cómo se propagan. La densidad de la atmósfera solar disminuye con la altura. Y
la frecuencia de las emisiones depende de la densidad del plasma local. De este
modo, al medir la frecuencia, es posible calcular la densidad y, por extensión,
la altura”, detalló Selhorst.
Selhorst es
profesor de la Univap y lleva adelante actualmente otro proyecto de
investigación con apoyo de la FAPESP, intitulado “Estudio de los cambios en el campo magnético solar a partir de
observaciones en radio”.
La eyección de
masa coronal (CME) libera en el espacio interplanetario una gran cantidad de
materia caliente constituida principalmente por electrones y protones, y en un
pequeño porcentaje, también iones de elementos más pesados, tales como helio,
oxígeno y hasta hierro. Este material, junto con el llamado “viento solar”, se
propaga hasta los confines de la heliósfera, mucho más allá de la órbita de
Plutón, a unas 100 veces la distancia existente entre la Tierra y el Sol.
Reordenamiento
del Campo Magnético
Las CMEs
parecen estar asociadas a liberaciones súbitas de energía resultantes del
reordenamiento del campo magnético en la atmósfera solar. “Son fenómenos
recurrentes que, en períodos de máxima actividad, ocurren entre dos y tres
veces por día en promedio. Y en períodos de baja actividad, una vez por
semana”, informó Selhorst.
La emisión
electromagnética observada en radio no está asociada a la CME en sí misma, sino
a la onda de choque que ésta provoca al propagarse por la atmósfera del Sol.
“Esa onda de choque puede detectarse vía satélite en el rango del ultravioleta.
Lo que obtuvimos en el marco del trabajo fue una buena asociación temporal
entre la expansión de la onda de choque, detectada en el ultravioleta extremo,
y el evento en radio”, detalló Cunha da Silva.
Esta
asociación resulta importante, pues, sólo en el ultravioleta, no es posible
observar la producción y la propagación de la onda de choque de manera precisa,
toda vez que los aparatos utilizados, tales como los satélites gemelos Stereo,
tienen una resolución temporal del orden de los cinco minutos. En tanto, los
datos en radio tienen una resolución temporal de la orden de los milisegundos.
“La nueva
generación de instrumentos que van a bordo de los satélites mejoró muchísimo la
resolución temporal de detección en ultravioleta extremo. El detector AIA, a
bordo del satélite SDO, lanzado en 2010, obtienen imágenes del Sol entero cada
12 segundos. Esto hace sumamente fácil la detección de los eventos. Con todo,
aún queda por resolverse el problema de que la imagen obtenida es una
proyección bidimensional de un evento tridimensional”, ponderó Selhorst.
“Por eso la
utilización de espectros en radio todavía constituye uno de los principales
métodos de observación indirecta de la formación de ondas de choque coronales,
especialmente de aquéllas producidas por expansión inicial de CMEs. El análisis
de estos espectros permite estimar la altura de la atmósfera solar donde se
produce la radioemisión. Y también la dirección, radial u oblicua, de la fuente
emisora”, prosiguió el investigador.
Una Zona de Transición
La mayor parte
de las eyecciones se origina relativamente cerca de “la superficie” del Sol.
“La “superficie, obviamente, es un modo de decirlo. Lo que denominamos como tal
es a decir verdad la zona en la cual la emisión en la luz visible se vuelve
opaca e impide la observación de la estructura interna del Sol. Arriba de esa superficie
opaca empieza la atmósfera solar propiamente dita, constituida por tres capas
distintas: la fotósfera, la cromósfera y la corona. Entre la cromósfera y la
corona solar, existe una estrecha "zona de transición”, en donde la
temperatura y la densidad del plasma se alteran drásticamente.
La corona
solar está tan enrarecida que sólo puede observársela a simple vista durante
los eclipses totales de Sol. Para estudiar mejor los fenómenos que allí
suceden, se simula un eclipse mediante la colocación de un alero (coronógrafo)
para bloquear la emisión de las capas más bajas de la atmósfera solar.
“Cuando
estudiamos el Sol con un instrumento más convencional como el coronógrafo, no
logramos detectar el punto en el cual se generan las ondas de choque, porque el
alero del coronógrafo esconde no sólo el disco solar, sino también parte de su
atmósfera. En tanto, en el estudio en ultravioleta extremo y en radio, esa
obstrucción no sucede. Y es posible observar el comienzo de la propagación de
la onda de choque en zonas muy cercanas a la superficie”, concluyó
Selhorst.
(Archivo de los investigadores)
Animación que muestra la eyección de masa coronal del
Sol,
con el disco solar cubierto por el coronógrafo.
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Fuente: Sitio web de la Agencia FAPESP
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