Revista Argentina Publica Serie de Artículos Sobre el Proyecto Tronador II - Parte 7 (Final)
Hola lector
Ahora sigue el séptimo y
último artículo relacionado con la serie de artículos publicados por la
revista argentina INGENIAR en su edición de Abril,
en referencia al proyecto del “Vehículo de Lanzamiento de Satélites
Tronador II”.
Portugués:
Olá leitor
Agora
segue o sétimo e último artigo relacionado com a série de artigos
publicados pela revista argentina INGENIAR, em sua edição de Abril,
referentes ao projeto do Veículo Lançador de Satélites Tronador II.
Duda Falcão
Giróscopos Para Controlar
la Trayectoria del Cohete
El Centro de Investigaciones Ópticas (CIOp, CONICET - CIC) es otra de
las instituciones que participa del proyecto Tronador II. El Dr.
Ricardo
Duchowicz, a cargo de la dirección y gestión de las actividades
del proyecto
espacial em dicho centro, detalló a
Ingeniar el aporte realizado.
¿Cuál es el trabajo realizado y con qué finalidad?
Las tareas fueron
iniciadas en el 2001. En esa fecha se estableció un primer convenio con la
CONAE para construir “Giróscopos de fibra óptica”, bajo la dirección del doctor
Mario Garavaglia. A partir de 2009, el CIOp firmó otro acuerdo con la empresa
VENG S.A. incluyéndose dos nuevas líneas de investigación y desarrollo:
“Sensores de fibra óptica por redes de Bragg” y “Giróscopos de óptica
integrada”.
¿Para qué sirven los giróscopos?
Los
giróscopos son esenciales para el control de la trayectoria de un cohete. Miden
el componente de la velocidad de rotación del vehículo al que están adheridos.
Pueden medirlo mediante fenómenos de interferencia de dos haces de luz que se
propagan por fibras ópticas.
Esta
información es convertida en señales eléctricas y procesada por un equipo
electrónico que la transmite al ‘sistema de navegación, guía y control’ de
la trayectoria del vehículo.
En tanto,
los sensores “de redes de Bragg”, están destinados a monitorear la salud
estructural del vehículo. Sensores de temperatura y deformación diseñados
en el CIOp fueron desarrollados estratégicamente para el proyecto.
¿A qué se le llama red de Bragg?
La red de
Bragg es, básicamente, un filtro óptico que también es utilizado en
Comunicaciones Ópticas. Cuando se inyecta luz en la fibra el dispositivo
refleja una porción espectral muy estrecha de la misma. Se produce modificando
las características físicas de un corto tramo del núcleo de la fibra (1cm), exponiéndolo
a un patrón periódico de luz ultravioleta.
La longitud
de onda reflejada por los sensores de Bragg es muy sensible a cambios de
temperatura o de un esfuerzo mecánico. Por ello, se la utiliza para medir
deformaciones o detectar cambios de temperatura midiendo cambios en el espectro
de luz y no en intensidades. Poseen muchas ventajas: son livianos,
pequeños y totalmente pasivos, apto para ambientes críticos, ya que no
necesitan conexionado eléctrico.
Están
conectados por fibras ópticas a un equipo central de monitoreo y pueden llegar
de un extremo al otro del vehículo espacial.
Los
dispositivos de óptica integrada, como giróscopos, moduladores de fase, etc.,
están en una etapa inicial del desarrollo. La actividad tiene una gran
proyección futura dado que posibilita el desarrollo de dispositivos ópticos
tanto en dos dimensiones (2-D) como en tres dimensiones (3-D).
¿Cuántas personas participan y de qué especialidades?
Desde 2009,
inicio del convenio ampliado, trabajan aproximadamente 15 profesionales, entre
físicos, ingenieros electrónicos y aeronáuticos, la mayoría egresados de la
Facultad de Ingeniería y el resto de Ciencias Exactas, de la UNLP.
¿Cómo es la experiencia de trabajar en un proyecto como el Tronador II?
A diferencia
de un trabajo académico, donde lo que prevalece es la novedad, un proyecto de
transferencia implica concretar un diseño específico, novedoso o no, adaptado a
una aplicación determinada bajo condiciones establecidas. Así, debimos adaptar
tanto a las personas como a los laboratorios a trabajar según un cronograma y
seguir procedimientos según normas de calidad.
La
incorporación en la discusión sobre el diseño de materiales “aceptables para la
tecnología aeroespacial”, efectos debidos a las variaciones térmicas o a las
vibraciones, etc., son algunos de los ítems que debimos incorporar.
Por suerte,
la capacidad de los integrantes del proyecto facilitó los avances logrados.
FIN
Fuente: Revista INGENIAR
- Edición abril 2014 - Via “Blog Argentina en el Espacio” - http://argentinaenelespacio.blogspot.com.br/
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