Varotto: “A Fines del Año Que Viene Deberíamos Tener un Lanzador Satelital”
Hola lector!
A continuación, una entrevista
interesante con el presidente de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales
de Argentina (CONAE), el Dr. Conrado Varotto, publicado el día 12/10 en el
sitio de la Agencia TSS de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), con
destaque el nuevo plan espacial argentino.
Duda Falcão
Varotto: “A Fines del Año Que Viene
Deberíamos Tener un
Lanzador Satelital”
El presidente de la CONAE, Conrado Varotto, habló con TSS
sobre el
nuevo plan espacial argentino, el desarrollo del Tronador
II y por qué
considera que el futuro está en los satélites de
arquitectura segmentada.
Su optimismo con respecto al apoyo del Gobierno al sector
satelital pese
al recorte de presupuesto en ciencia y tecnología.
Por Bruno Massare,
Agencia TSS
12 de octubre de 2017
Fotos: Agencia TSS de la UNSAM
Agencia TSS — Conrado Varotto (Padua, Italia,
1941) caminó como pocos en la Argentina ese puente a veces tan difícil de
transitar entre el sector académico y la industria. En 1968, tras doctorarse en
Física en el Instituto
Balseiro, hizo su posdoctorado en el Departamento de Ciencia de los
Materiales de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
A su regreso creó y coordinó el Programa de
Investigaciones Aplicadas (PIA) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), donde se
hicieron numerosos desarrollos vinculados al desarrollo nuclear. Inspirado en
la experiencia de creación de empresas en el todavía incipiente Silicon Valley,
Varotto creó en octubre de 1976 la empresa de tecnología INVAP (por
investigación aplicada) como Sociedad del Estado de la provincia de Río Negro.
Varotto fue el primer gerente general y técnico de INVAP,
entre 1976 y 1991. Durante ese período, la empresa desarrolló la tecnología de
enriquecimiento de uranio por difusión gaseosa, construyó la planta de
producción de uranio enriquecido en Pilcaniyeu y comenzó la construcción de
diversos reactores, algunos de ellos con destino de exportación
Tras su salida, en medio de una crisis de la empresa,
asumió en 1994 como presidente de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE),
creada tres años antes tras la desactivación del proyecto Cóndor por pedido de
Estados Unidos. En 1996 fue designado director ejecutivo y técnico del
organismo espacial, cargo en el que permanece hasta hoy y desde el que impulsó
sucesivos planes de desarrollo satelital y acuerdos de cooperación internacional,
que además permitieron que INVAP se diversificara hacia el diseño y desarrollo
de satélites nacionales de observación y geoestacionarios.
El pasado martes 3 de octubre, Varotto fue distinguido con el título de doctor Honoris
Causa de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y tras
la ceremonia habló con TSS sobre el estado de los principales
proyectos de la CONAE —que este año tuvo un presupuesto de 2297
millones de pesos— como el desarrollo del lanzador satelital Tronador II y el proyecto SARE, de satélites de arquitectura segmentada.
También se refirió a los cambios en la dinámica del sector espacial con la
llegada de muchas empresas a este sector, a por qué la CONAE “no está en tema”
con respecto a los satélites geoestacionarios de ARSAT y de su
confianza en el apoyo al plan espacial por parte del Gobierno, pese a los recortes
que sufre el sistema científico-tecnológico argentino.
¿Cómo definiría al momento actual de la política
espacial argentina?
El plan espacial que abarca los próximos 11 años ha sido
aprobado por el directorio de la CONAE y está a la firma del presidente. Hubo
una total continuidad con respecto a la ejecución del plan espacial. Nunca
hemos encontrado una administración que no nos apoyase.
Pero hubo retrasos en proyectos como el de
arquitectura segmentada por limitaciones presupuestarias.
Una cosa es el plan espacial que yo preveo y luego el
decreto que lo aprueba, que suele ajustar la ejecución a las reales
disponibilidades presupuestarias. Esto nos ha pasado con todos los Gobiernos,
uno no puede vivir creyendo que está en un repollo. Puede ocurrir que haya años
en que se aceleran ciertas cosas y otros en los que se diga “tengo otras
prioridades”. Eso va más allá de las demoras que uno pueda tener por cuestiones
técnicas, porque cuando uno se mete en proyectos muy avanzados está casi en el
límite de lo desconocido y se puede encontrar con sorpresas.
¿El próximo hito es el lanzamiento del SAOCOM?
Sí, el SAOCOM es el próximo gran objetivo, al que le va a
seguir el lanzador satelital. El corazón del nuevo plan es la arquitectura
segmentada. Pero ese corazón no sirve si no tengo el lanzador, está todo
concatenado.
“Cuando tengamos la versión operativa del lanzador
satelital la exigencia
será que el 90% del costo sea de origen nacional”, dice
Varotto.
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¿Por qué? ¿Por costos?
Lo puedo hacer, pero si los costos de los lanzamientos
los tengo que pagar a precios internacionales se vuelve inviable. El lanzador
nacional tiene la gran ventaja de que es totalmente escalable, lo único que uno
cambia es la cantidad de motores y de combustible. Cuando tengamos la versión operativa
del lanzador la exigencia será que el 90% del costo sea de origen nacional. Si
logramos aplicar la misma idea para los satélites de arquitectura segmentada es
evidente que vamos a tener componentes accesibles y un impacto en la economía
nacional.
¿En qué estado está hoy el desarrollo del lanzador
satelital?
Decidimos interrumpir el desarrollo de los vehículos
experimentales (la serie
VEX) porque consideramos que con lo ya hecho no íbamos a aportar mucho más
con otro experimental que lo que aportaría el modelo tecnológico. Hoy
disponemos de facilidades que no teníamos cuando encaramos los experimentales,
por lo que vale la pena detenerlo para bajar costos, que es un problema real.
¿Se asumen más riesgos? Sí, se asumen, pero consideramos que podemos hacerlo y
que se compensa con el ahorro en costos.
¿Para qué fecha estiman tenerlo listo?
En este momento estamos construyendo la base de
lanzamiento en Bahía Blanca. Lo que sí está muy avanzado en la base de Pipinas
es la manufactura de la parte estructural, tanto del vehículo como de los
tanques de combustible. A fines del año que viene deberíamos tener un vehículo
lanzador satelital. No hablo del lanzamiento, ¿eh? Eso dependerá de muchas
cosas, desde la asignación de recursos hasta de algún tipo de dificultades que
podamos encontrar.
Empresas como SpaceX están haciendo pruebas con cohetes
reutilizables. ¿Qué tan lejos se está tecnológicamente de eso?
No hay razón para que nuestro proyecto no sea así, pero
no lo vamos a probar ahora porque no es el objetivo. Es un tipo de tecnología
que se puede elegir, entre varias. Es probable que nosotros lo recuperemos en
la zona de separación. Cada tecnología también depende del propósito y de otros
factores. De hecho, si SpaceX avanza con el proyecto del viaje a Japón en media
hora lo van a tener que recuperar en el mar.
¿Cómo impacta la creciente ola de empresas que
ingresan en la actividad espacial?
Es normal que aparezcan empresas y que se encuentren
soluciones más sencillas que las elegidas por las agencias espaciales, que no
buscan un negocio. El problema es que, así como cuando empezó la aviación no
había regulaciones, en la parte espacial hace falta que se haga algo en cuanto
a la proliferación de desechos en órbita, es algo que se está viendo en
Naciones Unidas.
Recambio Generacional
¿Qué quedó de la idea de crear una agencia espacial
latinoamericana?
No tuvimos el acompañamiento de Brasil como hubiésemos
querido. Pero en algún momento se tendrá que dar porque habrá emprendimientos
que un solo país no podrá encarar.
No mencionó la misión SABIA-Mar (Satélite Argentino Brasileño para
Información del Mar) entre los proyectos. ¿Brasil se está desligando?
Es un proyecto que tiene su propia prioridad porque es
binacional y viene con financiación del CAF (Banco de Desarrollo de América
Latina), lo que establece ciertos plazos. En la forma en que fue diseñado el
proyecto, aun cuando Brasil se atrasara, eso puede tener ciertas ventajas. Como
la misión estaba diseñada para que la revisita sobre costas argentinas y
brasileñas tuviera una cierta periodicidad, la forma de la Argentina hace que
con uno de los satélites se pueda cubrir lo que necesitamos. Obviamente, con
dos satélites habría más periodicidad, pero si ellos llegan más tarde en
realidad es como si la misión prolongara su vida.
¿Considera que la Argentina podría posicionarse como
un exportador de satélites así como lo ha sido de reactores? INVAP está
asesorando a Paraguay al respecto…
No se pueden comparar ni las tecnologías ni las épocas.
Un satélite no es lo mismo hoy que 20 años atrás. Veo más factibles los
proyectos conjuntos, de los que también puede salir un producto exportable.
También pueden ofrecerse ciertos servicios asociados, como análisis de
imágenes. Cuando tengamos la arquitectura segmentada sí podremos ofrecer algo,
porque hará cosas que los satélites pequeños no pueden hacer en cuanto a
capacidad de generación de información durante toda la órbita y con una alta
precisión. Entonces, si uno puede ofrecer con arquitectura segmentada un
servicio equivalente al de un satélite de 10.000 kilos, en la que si falla algo
se lo puede reemplazar y en la que se pueden agregar instrumentos con nuevos
satélites, es probable que ahí haya un mercado para exportar, tanto en
satélites como en servicios.
¿Cambió algo en la CONAE al quedar bajo el paraguas del
MINCYT?
Es muy difícil comparar con lo que pasó antes. Durante
muchos años dependimos del Ministerio de Relaciones Exteriores porque se
consideraba que la actividad espacial era una herramienta de política exterior
y se usaba realmente como eso. Hoy, en la forma en que se está desarrollando la
actividad espacial en el mundo, el lugar natural es el MINCYT. Y el
involucramiento del ministro, que es el presidente del directorio de la CONAE,
y de los secretarios, lo demuestran.
Si uno mira la política satelital de la última década
ve una especie de monstruo de dos cabezas, con el manejo de los satélites
científicos en la CONAE y el de los satélites de comunicaciones en ARSAT.
¿Deberían estar juntos?
Nosotros no hacemos ese tipo de planteos. Originalmente
lo estaban. Antes de que se creara ARSAT, los desarrollos para el posible uso
de satélites locales los hacíamos en la CONAE, por encargo del mismo secretario
que después decidió que pasara a otra dependencia. Es responsabilidad de los
Gobiernos decidir qué es lo que conviene y en su momento se decidió que lo
mejor era que la parte de comunicaciones fuera gestionada desde otra
dependencia. Se está gestionando de esa forma, como un servicio, con una
empresa de telecomunicaciones que tiene satélites pero podría no tenerlos. Y la
CONAE no está en el tema.
¿Y a usted le gustaría que estuviera? ¿Se podrían
generar sinergias?
Ni me gusta ni me deja de gustar. Hay diálogo, está todo
en orden.
Hace algunos unos años, durante una presentación que
hizo, se refería a cómo un país como la Argentina podía ingresar en la sociedad
del conocimiento y planteaba que eso tenía que estar apoyado en grandes
proyectos nacionales traccionados por el Estado, porque las empresas no suelen
tener recursos ni vocación para hacerlo.
Lo sigo sosteniendo y más para un país como la Argentina.
¿Le parece que eso está pasando ahora?
Bueno, el plan espacial es un buen ejemplo. El CAREM es
otro ejemplo en la parte nuclear, este Gobierno lo está manteniendo. Lo que
pasa es que hoy en día se habla mucho de un color o de otro.
Le preguntaba por las políticas que se están
implementando.
Por experiencia, yo siempre parto de la base de que el
que llega la función pública busca el bien común. Se pueden cometer errores,
obviamente. Pero si uno explica claramente lo que está haciendo y que
contribuye al bien común, va a tener continuidad. Eso es lo que nos ha pasado
en la CONAE.
Tiene una extensa trayectoria con muchos
reconocimientos, fue el creador de INVAP y desde hace más de 20 años está a
cargo de la CONAE. ¿Qué lo motiva hoy en día?
Uno siempre quiere ver realizado todo lo que hace.
Obviamente, todo lo que tiene que ver con el plan espacial. Pero lo que quiero
es que las nuevas generaciones tomen la posta con la misma filosofía que a mí
me enseñaron y que uno trató de transmitir. Sucede algo así en INVAP,
donde se está produciendo un recambio generacional, pero tratando
de mantener los mismos principios. En la CONAE estamos preparándonos para lo
mismo: generar una renovación y que perdure la forma de hacer las cosas.
Fuente: Sitio Web de lá Agência TSS da Universidad
Nacional de San Martin (UNSAM) - http://www.unsam.edu.ar
Comentario en Español: Primero debo decir con estrecha tristeza que, comparar hoy la AEB con la
CONAE sería lo mismo que comparar un Ferrari 2017 con un Volkswagen 1969. Pero
el Volkswagen 1969 a pesar de ser un coche modesto, funcionaba perfectamente,
ya AEB es una tremenda broma. ¿Qué decir entonces de una comparación entre el
Dr. Conrado Varotto de la CONAE y el presidente de la AEB, el Sr. Braga Coelho?
Pero el amigo lector, esto no sólo no es posible, como también sería una
tremenda afrenta al pueblo argentino. La entrevista es muy interesante y aborda
algunos asuntos de interés común entre los dos países. Siempre he dicho y
repito, la diferencia entre el PEA y el PEB está en el compromiso y así
continuará aún por mucho tiempo, pues en Brasil no existe ninguna luz al final
del túnel. Aprovechamos para agradecer públicamente a nuestro lector argentino Martín Marteletti por el envío de esta entrevista.
Comentário em Português: Primeiramente devo dizer com
estrema tristeza que, comparar hoje a AEB com a CONAE seria o mesmo que
comparar uma Ferrari 2017 com um Volkswagen 1969. Porém o Volkswagen 1969 apesar
de ser um carro modesto, funcionava perfeitamente, já AEB é uma tremenda piada.
O que dizer então de uma comparação entre o Dr. Conrado Varotto da CONAE e o presidente da AEB, o Sr. Braga Coelho? Ora
amigo leitor, isto não só não é possível , como também seria uma tremenda afronta ao povo argentino.
A entrevista é muito interessante e aborda alguns assuntos de interésse comun
entre os dois países. Sempre disse e repito, a diferença entre o PEA e o PEB
esta no comprometimento e assim continuará ainda por muito tempo, pois no
Brasil não existe nenhuma luz no final do túnel. Aproveitamos para agradecer publicamente ao nosso leitor argentino Martín Marteletti pelo envio desta entrevista.
(...)¿Qué quedó de la idea de crear una agencia espacial latinoamericana?
ResponderExcluirNo tuvimos el acompañamiento de Brasil como hubiésemos querido. Pero en algún momento se tendrá que dar porque habrá emprendimientos que un solo país no podrá encarar.(...)
Ojalá algún día se de y solo quede para diversión la competencia en el plano deportivo. Está en nosotros promover la integración en el plano espacial, industrial, científico en gral. para el bienestar de toda la región sudamericana.
Ora, é absolutamente perceptível que a entrevista é totalmente política, é recado aos políticos argentinos.
ResponderExcluirSó uma pessoa que não sabe NADA de projetos complexos (e não creio ser o caso do entrevistado) acredita que é possível lançar um foguete satelizador apenas depois de lançar 3 protótipos de foguetes infinitamente menos complexos do que o foguete principal, e sendo que desses 3, apenas 1 funcionou corretamente em um voo que durou apenas segundos. Acredita quem quiser, ou que não puder crer na realidade crua.
Olá Observador!
ExcluirA questão aqui vai bem além dessa sua observação, enfim... mas obrigado assim mesmo.
Abs
Duda Falcão
(Blog Brazilian Space)